Tardé mucho tiempo en entender que cuando mi papá me decía “¡¡¿dónde
mierda estuviste?!!” lo hacía porque pasó toda la noche desvelado esperándome,
en lugar de descansar para retornar a su trabajo de amanecidas y todos los
peligros que demandan ser policía.
Pasó mucho tiempo para comprender que cuando mamá gritaba por perder un lápiz o un
borrador y me reprendía diciendo “¿por qué no cuidas tus cosas, crees que a mí
me regalan la plata?” y acompañaba su regaño de algún jalón de orejas, no era
porque era una bruja, una mala madre o una tacaña, sino porque el ganarse hasta
10 céntimos en esta vida es duro, porque un lápiz podo haber
significado 5 panes en el desayuno, panes que seguramente hacía falta para
aquellas veces que no teníamos qué comer.
Tardé en comprender también que cuándo papá me preguntaba
¿quién es ese muchachito que viene tan seguido a buscarte y que te llama tanto?
No fue porque era un metiche de “m” o un “incompresible” sino porque se le
hacía difícil creer lo rápido que crecen los hijos y seguramente le embargó la
nostalgia el no poder darnos más besos esquimales y celos porque quizás me
atrevía dárselos a un hombre extraño al que yo le daba mucha importancia pese a
que recién acaba de conocer.
Entiendo por fin que mi hermana, aquella que rompió todas
mis muñecas, aquella niña rebelde, que no le gustaba jamás ponerse vestidos
sino ponerse un short y sacarse el polo para andar como hombre, aquella que
siempre me ridiculizaba ante mis amigos contando intimidades, hizo todo lo que
hizo no por ser antipática, ni por tenerme cólera, sino porque es parte crecer,
de la convivencia y del ser hermanas.
Recién puedo deducir que todo aquello que hacía a escondidas
de mis papás, como encontrarme con un chico con la escusa de “ir a comprar a la
esquina” no es porque mi hermano menor fue un “soplón”, sino que era muy fácil
de sobornar.
Hoy puedo comprender que si Dios me diese la oportunidad de
retroceder el tiempo y elegir mi familia, los volvería a elegir a todos, para que papá me reprenda por llegar tarde,
para que mamá me regañe por no ordenar
mi cuarto, para que mi hermana me pida ayuda para que la dejen ir a una fiesta, para
que mi hermano entre y nos soborne por 10 soles o le diría la verdad a mamá y papá.
Ya comprendí.