Bajo un viejo ciruelo,
las hojas danzan la música del viento.
Rayos de sol penetran su energía dentro del
espíritu prisionero de mi carne.
Bajo el viejo ciruelo.
Veo tan pequeña la banca de madera
“Es más grande en mis recuerdos”.
Graznidos llegan del corral,
logran sintonizar con el viento
“la sinfónica del silencio”.
La eternidad expulsa al tiempo.
El viejo ciruelo frente al cerro de piedras
Llora al ver sangre derramada
De aquéllos a quienes vio nacer.
lunes, 30 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)