Yo no sé cómo, pero mi mamá siempre lo pudo todo.
Recuerdo aquella vez que logró vencer el hambre con tan sólo cinco soles, incluyendo desayuno almuerzo y comida.
Yo creo que era pariente de mi Bella Genio; o incluso mejor que ella; pues, mi madre sólo cerraba un ojo, y todos sus “caseros” del mercado, hipnotizados, le daban lo que ella quería.
Ella siempre me decía: “Desde que tu padre nos dejó, tengo que hacer magia”; y sí que lo hacía.
Practicaba todas las noches a puerta cerrada en su habitación... jamás le vi sombrero alguno... pero sus ayudantes siempre gritaban: “Sacaste conejo, sacaste conejo”. Y desde entonces comprendí que era buena.
Pasaron los años, y sus poderes también; creo que fue la falta de práctica, pues sus ayudantes ya no querían ir a casa.
Ella me miraba entristecida y me decía que se sentía orgullosa de mí; y aunque yo siempre le decía que quería ser mago como ella; ella se ruborizaba y movía la cabeza para decirme que no. Luego me besaba la frente y una lágrima rodaba su mejía.
A mi me hubiera gustado ser como ella, pues yo creo que ganaba bastante vendiendo los conejos que ella sacaba. Y digo que los vendía porque jamás vi uno.
domingo, 3 de mayo de 2009
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